lunes, 11 de febrero de 2013


El riesgo sísmico en España

 

La península Ibérica está situada en el límite occidental entre la placa Euroasiática y la placa Africana. Esta localización la lleva a estar sometida a dos tipos de tensiones: una derivada del movimiento lateral de las   dos placas a lo largo de la falla Azores-Gibraltar (esfuerzos laterales o de cizalla) y otra frontal en la zona de colisión de las placas Eurasia y África (esfuerzos compresivos).




 
La zona de colisión afecta principalmente a la zona sur y sureste de la península Ibérica, en la línea que va de Granada al sur de Alicante. En esta región es donde se registra el mayor índice de actividad sísmica y donde han tenido lugar los terremotos más destructores en España, terremotos ligados a las fallas activas producidas durante el levantamiento de las cordilleras Béticas. Estas zonas se caracterizan por un riesgo medio-alto (alto en Granada), ya que predominan los terremotos de magnitud intermedia, estimándose en 100 años el período de retorno para terremotos de gran magnitud (mayor de 6 en la escala de Richter). El riesgo en Murcia
 
Otra zona de riesgo medio-alto se localiza en los Pirineos, donde existen varias fallas activas producidas por el levantamiento de esta cordillera durante la obdución de la microplaca Ibérica con la Euroasiática.


 Las zonas con riesgo medio se localizan alrededor de las zonas de riesgo alto, así como en el noroeste (Galicia) provocado por una falla especialmente activa situada en la zona, y en el suroeste de la Península (Cádiz y alrededores) que se ve afectado por la actividad de la falla Azores-Gibraltar. Finalmente, la zona central de la Península se considera sísmicamente inactiva o estable.

 

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